Como os gustó que os relatase la otra vez una de mis experie..

Como os gustó que os relatase la otra vez una de mis experiencias… aquí os dejo otra! Y os dejo una foto de esa noche … antes de que pasase todo. Era una noche de fiesta, recuerdo que todos los amigos salimos a bailar y beber. A pasarla bien! Por eso no me compliqué en exceso a la hora de arreglarme. Un mono azul algo suelto, tacones y un maquillaje ligero… total, era noche de amigos!!! Fuimos primero a un restaurante, luego a una cocktería y finalmente a la discoteca. Era la de siempre con la entrada llena de espejos y sus escaleras con alfombra roja, al entrar las barras estaban en modo de círculo, y la pista estaba rodeada de sillones y reservados. Yo llevaba ya un par de tragos y varias canciones bailadas cuando los tacones empezaron a resultar molestos. Decidí sentarme en un sofá cercano a la pista de baile para cambiarme los zapatos por unos planos y de repente, apareció una mano de un chico que me miraba sonriendo e invitándome a bailar. Fue tan de película, que no pude evitar darle mi mano y salir a bailar con él… yo me reía, divertida y alucinando un poco, pero la música cada vez nos invitaba a bailar más pegados, a tocarnos más, a besarnos… Cuando una de las canciones permitía hablar y que el otro escuchase, ambos nos presentamos… y surgió el problema! Ese chico alto, fuerte, tatuado, rubio, de ojos impresionantes y que parecía sacado de un equipo de rugby era de Liverpool y no tenía ni idea de español, y por mi parte no sabía nada de inglés… Un amigo mío que si sabia de idiomas fue nuestro traductor para básicamente presentarnos. El resto del tiempo fueron besos, gestos y miradas cómplices. Los besos iban a más, ambos cada vez queríamos más… hasta el punto de subirme a su cintura, besándonos como locos mientras sus manos se colaban por el mono, sin importarnos las miradas. Recuerdo que en un momento una amiga se acercó a bajarme un poco el mono porque por lo visto enseñaba algo de más… pero para nosotros no había nadie. La noche acababa pero ninguno de los dos queríamos que terminase, lo sabíamos aún sin hablarnos! Entonces, él llamó a mi amigo, habló con él y se fue a los suyos… y mi amigo me dijo que él quería venirse conmigo esa noche y que estaba avisando a sus amigos y mientras mi amigo me preguntaba a mi si lo veía bien… cuando se acercó, le besé, le hice el gesto de 👍🏻 Y él empezó a reír. Salimos todos de la discoteca, mis amigos y nosotros dos, fuimos a por pizzas al 24 horas y unos borrachos se acercaron buscando pelea. Él, automáticamente me coloco tras de él, protegiéndome de esa gentuza, como en las películas (otra vez) y de allí nos fuimos a por el bus nocturno y a casa… Cuando llegamos, fuimos a la habitación y allí era cosa de dos, tener a mi amigo como traductor no era plan, así que abrí el portátil y abrí la página de Google Translator (si, como suena) y entre besos y risas los dos le dábamos al teclado preguntándonos nuestras aficiones, colores favoritos, nuestros gustos…así me pidió mi número y hasta me dijo frases románticas!! Empezamos a besarnos más, la ropa empezaba a desaparecer, nos hacíamos mimos y caricias.. y no pude evitar reír y exclamar SONIC!! Él se río y yo reía y le decía SONIC GOOD! Después de dejar las risas a un lado volvimos a los besos y las caricias, a desnudarnos del todo y pegarnos más el uno al otro, a recorrer su cuerpo con besos y caricias, hasta llegar a su sexo, besarlo suave, lamerlo, succionar la punta y metérmelo en la boca para saborearlo… aunque el me cortó rápido, deseoso también de probar mi cuerpo. Me besaba y me tocaba con dulzura, recorría toda mi piel como si fuera algo delicado y a punto de romperse, se deleitó con mis pechos con mordiscos y lametones excitantes pero delicados y cuando bajó entre mis piernas… yo me corría en su boca mientras él me comía mi sexo con la misma suavidad con la que lamerías un helado o degustarías tu postre favorito. Yo no podía más y le hacía gestos para que viniera, y lo hizo, haciendo un recorrido de suaves besos hasta llegar a mis labios. El deseo iba a más y tocaba ponerse el preservativo… de lo cual tengo que decir que no le venía!!! Tuvimos que estirarlo todo lo que pudimos para poder ponérselo, y el me miraba como diciéndome: que le vamos a hacer!?! A lo que yo solo reía. Nos metimos en la cama y volvimos de nuevo a los besos y las caricias, pero esta vez buscando más. Yo tomé la iniciativa y me subí sobre él, metiéndome todo dentro y moviéndome para él mientras me tocaba, me besaba y me miraba con devoción. Sentía tanto placer que no podía evitar arquear la espalda en cada corrida y moverme más y más rápido… él lo notaba y lo disfrutaba, moviéndome más aún haciendo uso de su fuerza. Y de repente me abrazó y me tumbó en la cama. Empezó envistiéndome como un toro desbocado, pero poco a poco se fue calmando y empezó a ir más lento, a acariciarme y besarme en cada embestida, a pegarse a mi y sentirme más, a hacerme el amor. De nuevo era una escena de película romántica. Poco a poco el placer nos invadía a los dos, la dulzura que envolvía todo lo hacía aún más especial y al final acabé y seguido acabó él, dejando caer su carita en mis pechos buscando mis caricias mientras yo le abrazaba. Parecía un niño pequeño pidiendo cariño. Nos dimos un par de besos más, nos limpiamos y nos metimos en la cama, pero para dormir. Y de nuevo, mi caballero andante… me abrazó, toda la noche y dormimos entre caricias y algún beso cuando nos despertábamos en esa cama enana. A la mañana siguiente él se fue con sus amigos y yo a la piscina… sintiéndome querída como hacía tiempo no me hicieron sentir. Debo decir que cuando él volvió a Liverpool me siguió escribiendo e incluso se planteó venir a España por mí para estar conmigo, y que realmente no sucedió porque fui yo la que le dijo que no se viniera a un país que estaba en plena crisis. Pero guardo de él ese recuerdo.