

En el entorno de esta aparente sutil carcaza yace una llama de fuego, débil pero resiliente. Pese a su pequeñez, sigue viva y parpadeando en medio de la caótica oscuridad que me repleta. Esa pequeña llama que cuido con ambas manos, la miro con cariño, lamento y con la misma esperanza e ilusión de la que está compuesta. Cuando siento su calor quemando mis manos me llena de orgullo sentir que su calidez sigue ardiendo. Sé que algún día volverás a brillar como los fuegos del mismo infierno y tendrás el poder de arrasar la tierra entera si así lo deseas. A pesar de que sé que tu intención es resplandecer y no deslumbrar, confío en que eres capaz, tanto de destruir, como de crear. _____________ De Mí por Mí. _____________