Al día siguiente despertamos temprano, estábamos hambrientos..

Al día siguiente despertamos temprano, estábamos hambrientos y había que solucionarlo. Nos vestimos para salir, Miros se puso un conjunto de tanga y brassier, un vestido pequeñito, fresco, de vuelvo que apenas le tapaba su cola. Salimos en busca del almuerzo, encontramos un puesto de sopes y pescadillas. Nos sentamos y pedimos. Había que planear el día de hoy, pensábamos llegar a Zipolite. Habría más posibilidad de putear ahí. Regresamos y comenzamos a levantar nuestro campamento, había que aprovechar el día. Ya llevábamos más de la mitad cuando apareció el primero de nuestros vecinos. Se veía hinchado con cara de crudo. Nos contó que ayer se habían dormido casi al amanecer mientras se tomaban unas botellas. Reímos y nos preparamos para partir, antes de irnos me recordó lo que les había dicho la tarde anterior, que les conseguiría unas fotos con el culo de Miros. Ella volteó a verme y con molestia fingida me dijo: --Andas ofreciendo el culo de tu mujer a los extraños? -- Yo les dije que haría lo posible por que se tomarán unas selfies con tu culo🤷🏽‍♂️ Reíamos. Ella dijo molesta: -- Asshh está bien, te presto mi culo para hacerte una foto, mientras se volteaba y se alzaba la falda. Este suertudo aprovecho cada ángulo que tenía para tomarse selfies con el culo de Miros. Lo más morboso llegó cuando no se cómo fueron girando, de pronto ella estaba sentada sobre su cara, le daba de sentones. Yo solo me apretaba la riata por encima de mi bermuda. Prácticamente se estaba masturbando con su cara. Ví su cara de viciosa y me di cuenta que estaba teniendo un orgasmo restregandose con la cara del chico. Suspiro y me dijo: -- Estoy lista Nos despedimos del muchacho y nos fuimos. -- Te gustó lo que viste? -- uuuuufff! Que perrita, que rica te veías restregandote en su cara. Me gusta que mi mujer ande cachonda deseosa de verga. Reímos, caminamos a la carretera y tomamos el transporte hacia Zipolite. Al final llegamos primero a playa Mazunte, buscamos un lugar donde quedarnos, conseguimos una habitación con balcón hacia la calle, tenía una excelente vista, además que estaba muy cerca del Mar. Ya instalados nos salimos con actitud playera. Llegamos a un lugar donde pudimos extender nuestra manta y acostarnos cómodamente. Conseguimos una cervezas y prendimos un porro. Había muchos chicos y chicas guapas, algunos en diminutos bikinis, se respiraba un ambiente cachondo, ideal para pasarla bien. Miros se quitó el vestido y me pidió que le pusiera aceite. Yo encantado de sabrosearmela en la playa, me puse de pie y le aplique aceite por todo su cuerpo. Brillaba delicioso sobre su piel. Yo me aplique un poco también y nos tumbamos al sol. Si vamos a la playa nos gusta terminar bien bronceado. Ese día transcurrió tranquilo a pesar de que había más gente y chic@s guap@s no sentimos lo mismo que el día anterior que teníamos a nuestros vecinos al pendiente de todo lo que hacía Miroslava. Por la tarde noche nos encerramos en nuestra habitación, compramos un mezcalito, prendimos un porrito y se vistió bien puta. Una faldita a media nalga de vuelo, que más bien podría ser un cinturón, unas medias de red cuadro ancho, una tanguita que apenas le tapaba la panocha, algunos pelos se salían de la tela, un top transparente y listo, tenía una puta a mi disposición. Por mi parte solo andaba en calzones, yendo y viniendo por nuestra habitación, el balcón daba a la calle era fácil ver a las personas que pasaban pero también era fácil que ellos te vieran. Estábamos calientes y queríamos coger. Comenzamos en la puerta así parados, abría la puerta y se asomaba mientras yo la bombeaba, ella se veía riquísima, esas nalgotas empinadas eran de puta. Se zafo de mi verga y se empinó en la cama, se abrió las nalgas y me ordenó: --Metemela! Yo, así como me acerqué a sus nalgas así se la deje ir. Un mete y saca suavecito hacian que ella se abriera las nalgas solita y comenzará a gemir. La jale del cabello, le di una nalgada y le dije: -- Que tal perrita... Te gusta como te meto la verga? La nalgueaba mientras le decía cochinadas. -- Me encanta que me metas la verga, me encanta que me trates como a una puta. --me decia-- Se quejaba de las nalgadas que le daba, pero me aventaba el culo hacia a atrás. --Te ves bien rica, así como estás vestida, se ve luego luego que quieres verga. Yo creo que sí te saco al balcón, puedo hacer que se formen para que te den verga. --Le dije -- Cuando le digo estás cosas ella suele apretarme la verga con los músculos de su vagina, me da unos apretones tan fuertes que le digo que tiene perrito, una pucha mordelona. -- Cógeme duro cabrón! Entierramela toda -- decia vuelta loca-- usame, muestrales como se coje a una puta, sácame al balcón para que vean como le das verga a tu perrita. Cuando ella me dice esas cosas sé que está en en los límites de su calentura y debo aprovechar para emputecerla más. -- Eso quieres? Que vean como te uso zorra? Que te saque al balcón a seguir dándote verga mientras todos los que pasan te ven? Si que eres una perra caliente. -- Ven acá, se te va a cumplir tú deseo. Sin sacarle la verga la puse de pie y caminamos hacia el balcón. Yo la traía de las greñas y ensartada, haciéndola cómo se me antojaba, era mi funda personal, de camino al balcón tomé el porro y una cerveza, cuando salimos inmediatamente sentimos el aire fresco, el sudor escurría por nuestros cuerpos y se mezclaba con nuestros fluidos. Así ensartada como estaba se recargo sobre el balcón y paró el culo. Saben el morbo que da moverse sin sacarles la verga de la pucha? Que la traigas empalada en todo momento, uuuuufff! Comencé a cabalgarla haciendo sonar sus nalgotas, haciendo que rebotaran mientras le jalaba su cabello y le daba unas nalgadas. Estábamos en un éxtasis los dos, no nos importaba si alguien nos veía o nos escuchaba, seguí dándole hasta que no aguante más el tratamiento, ella se arrodilló y me vine en su cara y en su boca pero sobre todo en los ojos. Me gusta que le queden ardiendo y rojos, lo que se saca por andar de puta. Fue delicioso cogérmela en el balcón por la noche vestida como puta. Exhaustos nos acostamos en la cama, nos habíamos terminado 3/4 de la botella de mezcal, nos fumamos no se cuántos porros y estábamos bien cogidos. Otro día maravilloso en la playa.