

¿Que tanta es la confianza que tengo con mis amigos de paja? La suficiente como para que pueda quedar en su casa a dormir. Y claro, dormir desnudo, cómo debería ser siempre. La suficiente como para que al despertar por la mañana y mientras desayune, revise las fotos de mi celular y encuentre que mientras dormía, me tomó una fotografía en mi más pura vulnerabilidad.